Introducción
Los Hijos de
Ministros (HdM[1])
tienden a sobresalir entre los jóvenes más reconocidos, talentosos y hasta
criticados en la iglesia. Un ministerio especializado para HdMs puede ayudarles
a sobrellevar los desafíos de su vida bajo la lupa de la iglesia, pero ese
ministerio se debe fundamentar sobre un entendimiento de la vivencia real de
los hijos de ministros.
Este artículo
resume los resultados de una investigación académica que propuso establecer un
fundamento teórico y práctico para el ministerio hacia los hijos de ministros.
Para este fin se encuestaron a seiscientos siete HdMs evangélicos pentecostales
en cinco países latinoamericanos: Argentina, Costa Rica, Cuba, El Salvador y
Panamá.[2]
Los Resultados Resumidos
Los
datos del estudio sugieren que hay cinco características que definen la
experiencia idiosincrática de los hijos de ministros, cada una con sus
respectivas ventajas y desventajas: (1) Los HdM crecen con papás-pastores,
gozando de una rica herencia espiritual, pero la iglesia tiende a dominar la
vida familiar. (2) Los HdM son famosos en la iglesia local, disfrutando del
reconocimiento especial pero viviendo en una pecera, observados y criticados
por todos. (3) Los HdM llevan un gafete de acceso especial a lo mejor del mundo
cristiano, pero la gente espera que sean “pastorcitos” perfectos. (4) Los HdM
tienen acceso a información privilegiada acerca del ministerio y la iglesia,
pero demasiada información produce cinismo y aislamiento; (5) A los HdM se les
abren puertas especiales para liderazgo ministerial, pero el ministerio
prematuro puede resultar en la desilusión o el fracaso ético.
Este artículo
explica las ventajas y desventajas de cada una de estas cinco idiosincrasias de
la experiencia del HdM con datos de la encuesta y ejemplos concretos. Los que
quieren ayudar a los HdM pueden construir relaciones de apoyo e ingeniar
estructuras ministeriales para ayudarles a maximizar las ventajas y
contrarrestar las desventajas.
Una Historia de Transformación: Pablo
Pablo era un
adolescente hijo de una pareja pastoral. Deportista, fiestero, perseguidor de
chicas y aventurero con sustancias peligrosas, él deambulaba por las calles del
pueblo con sus primos alborotadores. Cuando mi esposa y yo conocimos a su
familia en el primer retiro de HdMs en Costa Rica en el año 2001, sus padres
pastores no sabían qué hacer con su hijo descontrolado, pero anhelaban que el
ministerio de hijos de ministros le pudiera ayudar. Dos años después Pablo tuvo
una experiencia personal con Cristo en el altar de un retiro de HdMs. Sus
compañeros de campamento se convirtieron en su nuevo círculo de amistad,
ayudándole a tomar decisiones para convertirse en el hombre de Dios que él fue
creado para ser. En los siguientes años, todos los que lo conocían observaron
una transformación en Pablo, despacio pero seguro, mientras él tomaba pasos
para servir al Señor. Primero se apuntó para ser ayudante de cabaña en un campamento
HdM, después como líder de jóvenes en su iglesia, participando en un viaje
misionero a Cuba, y escribiendo un blog de reflexiones e historias que ganó
premios a nivel nacional. Se distinguió como capacitador de ministerio juvenil,
y en su carrera secular fue ascendido hasta llegar a ser un administrador
universitario. En el 2009 Pablo ayudó a elaborar nueve planes de curso para una
especialización en pastoral juvenil usados para entrenar miles de líderes
juveniles en Institutos Bíblicos en toda América Latina. Él insiste en que Dios
usó el ministerio de hijos de ministros en Costa Rica para salvarle la vida, y
ahora su meta es levantar su generación para Cristo.
¿Porqué Ministrar a los Hijos de Pastores?
Cuando mi
esposa Jennifer y yo llegamos a Costa Rica en el año 2000, los líderes
nacionales de las Asambleas de Dios reconocieron que se estaba perdiendo una
generación de hijos de ministros y pidieron nuestra ayuda para desarrollar un
ministerio para ellos. Cuando el equipo de trabajo empezó a reunir datos acerca
de los ochocientos HdMs entre los doce y veinticinco años, encontraron sólo uno
que se estaba preparando en el Instituto Bíblico para el ministerio, mientras
varios estaban en restauración por adicción a las drogas. Los pastores rogaron
que les ayudáramos con sus hijos que luchaban con amargura contra la iglesia y
el ministerio.
Falta de Materiales para Ministerio HdM
La falta de
materiales publicados presenta un desafío importante para los que quieren
ayudar a los HdM. Al principio nos orientamos con el libro Tengo que ser Perfecto del consejero Tim Sanford, quien describe el
poder destructor del perfeccionismo que resulta de las expectativas imposibles
y la crítica de la gente de la iglesia.[3] Otro
estudio psicológico de Cameron Lee, un libro llamado en inglés PK, identifica la crisis de identidad
como un lema central para los HM que crecen en la sombra de padres súper-conocidos.[4] Lee
también explica que la “ecología social” de los HdM es una interacción
complicada entre su carácter personal, la vida familiar, y los miembros
omnipresentes de la iglesia, quienes son a la vez amigos, clientes, y jefes de
sus padres.
Artículos en
revistas populares cristianas ofrecen consejos para padres-pastores, muchas
veces enfocando cómo una falta personal de límites e integridad en el hogar
puede perjudicar a los hijos.[5] Aunque
esta literatura nos ayuda a entender la problemática del HdM, enfocando lo
negativo no sirve cuando uno está parado en frente de un grupo de HdMs
adolescentes en un campamento. Se debe hablar también de las bendiciones y construir
sobre las ventajas. Se hizo este estudio para documentar, de boca de los HdM,
cómo ellos perciben las ventajas y desventajas de su vida.
Lo Bueno y lo Malo Coexisten
Cuando me reúno
por primera vez con un grupo de HdMs, siempre hago un ejercicio donde se ponen
dos sillas en frente del salón, una rotulada con un dibujo de una cara alegre y
la otra con una cara enojada. Todos los chicos se sientan quince segundos en
cada silla, primero contando algo bonito de ser hijo de ministro, y después
contando algo feo.
Al principio
del ministerio les decíamos a los HdMs que escogieran una sola silla, y nos
dimos cuenta que los que escogían la silla negativa se sentían rebeldes y
malagradecidos, mientras los que se sentaban en la silla feliz temían que
estaban jugando de santos o encubriendo la realidad. Los HdM se frustran cuando
tienen que describir su experiencia como “buena” o “mala,” porque toda su vida
la gente ha querido tacharlos de “santitos” o “rebeldes.” A los HdM hay que
darles permiso para reconocer que los elementos positivos y negativos coexisten
en su experiencia en la casa pastoral.[6]
Durante los
años 2007 y 2008 usamos la dinámica de las dos sillas en varios talleres con
HdMs y analizamos los resultados para montar una teoría inicial de las
bendiciones y los desafíos más importantes de su experiencia. Esta teoría se
utilizó para elaborar una encuesta completa para hijos de ministros.
La Encuesta: 607 HdMs en 5 Países
Entre julio de
2008 y agosto de 2009 miembros y amigos del ministerio de hijos de ministros en
Costa Rica participaron en seis retiros para HdMs en cinco países: Argentina,
Costa Rica, Cuba, El Salvador, y Panamá. En estos retiros, 607 participantes completaron
una encuesta diseñada para establecer un banco de datos sólidos sobre las
ventajas y desventajas de la experiencia de los HdMs.
Después de
pedir información demográfica, la encuesta se dividía en dos secciones. La
parte subjetiva pedía que los HdM nombraran tres ventajas y tres desventajas de
ser HdM. Los 607 encuestados escribieron 1,378 ventajas y 1,264 desventajas.
Estas fueron organizadas por respuestas parecidas, produciendo 18 ventajas y 26
desventajas típicas.
La parte
objetiva presentó setenta y siete frases concretas acerca de la vida HdM, por
ejemplo “mis padres son un buen ejemplo de un matrimonio cristiano,” o “en la
iglesia me critican por mi forma de vestir.” Los jóvenes indicaron en una
escala de uno a cinco cómo cada frase reflejaba su experiencia personal. Las 77
preguntas produjeron 46,739 respuestas, y estas fueron comparadas con las
respuestas subjetivas para elaborar un perfil de la realidad de los hijos de
ministros de América Latina.
5 Características de la Experiencia HdM
Un ministerio efectivo
para hijos de ministros comienza con la pregunta, “¿Cuáles son las
características de la experiencia de un HdM que hace que sea diferente a los
otros jóvenes de la iglesia?” Por medio de la encuesta los mismos HdMs
contestan esta pregunta. Los datos sugieren que los HdM perciben que la
idiosincrasia de su experiencia reside en cinco características. Como una
moneda con dos caras, cada una de las cinco incluye ventajas y desventajas.
Analizaremos las cinco características una por una.
Característica HdM #1: Crecen con Padres Predicadores
Los HdM se forman en familias cristianas altamente comprometidas, con
padres involucrados en ministerio vocacional. Los padres-predicadores
normalmente cuentan con entrenamiento bíblico especializado, tienen
credenciales ministeriales con alguna organización cristiana, y sirven en
liderazgo espiritual para una congregación. Para ellos el ministerio no es un
programa de software que se apaga después de equis horas de oficina; para el
predicador el llamado al ministerio es su sistema operativo, siempre
funcionando en el fondo de su vida personal y familiar. La vida de la familia
pastoral enfocada en el ministerio le ofrece al HdM la ventaja de una rica
herencia espiritual, pero también produce la desventaja de que la iglesia puede
llegar a dominar todas las facetas de la vida familiar.
Ventaja de Característica #1: Una Rica Herencia Espiritual
Creciendo con
padres-predicadores los HdM cuentan con la ventaja de una rica herencia
espiritual. La encuesta mostró de modo abrumador que los HdM le ponen un valor
altísimo a la formación espiritual que han recibido, a sus padres ejemplares, y
a la bendición especial que su familia disfruta como parte de su obediencia al
llamado al ministerio vocacional. En la parte objetiva de la encuesta las cinco
frases con las cuales los HdM más concordaron tenían que ver con la bendición
de su vida familiar:
· “Mis
padres me han enseñado de la Biblia desde mi niñez” (94% de acuerdo);
· “Mis
padres para mi son un modelo de la vida cristiana” (94%);
· “Mis
padres son un ejemplo de cómo vivir por la fe” (93%);
· “Yo
respeto a mis padres como personas de Dios” (92%); y
· “Mis
padres gozan de una relación matrimonial fuerte y unida” (91%).
Entre las
ventajas subjetivas la categoría de “formación espiritual” quedó en primer
lugar, incluyendo las frases siguientes que se repetían una y otra vez:
· “Mi
familia es muy bendecida;”
· “Me
siento orgulloso/a de mi familia;” y
· “Aprendes
de la Biblia desde nacimiento.”
Desventaja de Característica #1: El Síndrome de la Familia
Eclesiástica Profesional.
Si los
padres-predicadores no protegen cuidadosamente los límites entre su trabajo y
la vida familiar, la iglesia puede llegar a dominar todo, creando el ¨Síndrome
de la Familia Eclesiástica Profesional.” Algunos HdM tienen que pasar horas
interminables en el edificio de la iglesia. Otros extrañan la atención de sus
padres, quienes pasan toda la noche aconsejando a los feligreses por teléfono.
Cuando los padres constantemente sacrifican a la familia en favor de su trabajo
en la iglesia, los HdM pueden sentir confusión acerca de quién le quitó a sus
papás: “¿Fue Dios, la iglesia, el cuerpo de diáconos, o su propia renuencia a defender
nuestro tiempo familiar?”
En la encuesta
la queja número uno de los HdM tiene que ver con el tiempo que sus padres están
disponibles para ellos. Dicen: “Mis
padres siempre están ocupados y no tienen tiempo para mí.” Otros lamentan su situación, diciendo, “La gente de la
iglesia trata a nuestra casa como si fuera de ellos.” La vida ministerial
también afecta la economía familiar, y algunos hacen esta observación: “Nunca
tenemos dinero y nunca podemos comprar nada,” o “Mis padres a veces regalan en
la ofrenda dinero que necesitábamos en la casa.”
En
algunos contextos las iglesias hacen elecciones pastorales cada cierto tiempo –
en algunos casos cada dos años. Como resultado algunas familias pastorales
tienen que salir de su iglesia y a veces mudarse de ciudad. Treinta y nueve por
ciento de los HdM dijeron: “He perdido amistades cuando hemos tenido que salir
de una iglesia.”
Los
problemas de falta de límites en “la familia eclesiástica profesional” también
se demuestran en el tiempo que los padres sacan para sus hijos y cuánto se compenetran
en su mundo. Más de una tercera parte de los HdM dijeron: “Mis padres no saben
cómo me porto cuando estoy con mis mejores amigos” (34%). Un 45% de los afirmaron:
“Mi familia no saca un tiempo de vacaciones cada año,” y 50% dijeron que sufren
por necesidad económica en la casa. El 40% coincidieron en que sienten que “las
necesidades de otros son más importantes que las mías,” y
35% afirmaron: “Mis padres sacan tiempo para otros pero no para mí.”
Característica HdM #2: Viven en el Escenario de la Iglesia Local
Los pastores y
sus familias son personas altamente visibles bajo los reflectores del escenario
de la iglesia local. Los HdM pueden compartir algunos beneficios del
reconocimiento especial de sus padres, pero también sienten que viven dentro de
una pecera, observados y muchas veces criticados por todo el mundo.
Ventaja de Característica #2: Reconocimiento Especial
Vivir en el
escenario de la iglesia local significa que los HdM son conocidos por los
miembros de la congregación y la comunidad, y muchas veces reciben
reconocimiento especial como parte de la familia pastoral. A los pequeños les
gusta que mucha gente los conozca; a muchos les encanta ubicarse a la par de
sus padres para saludar a los hermanos en la iglesia como si fueran personas
famosas. De todas las ventajas subjetivas nombradas por los HdM en la encuesta,
la más popular era el reconocimiento: “la gente te conoce y te da privilegios
especiales, y a veces regalos.”
Los HdM
mencionan otros beneficios del reconocimiento, especialmente la comida gratuita:
“Cuando venden tamales (o refrescos, café, galletas, o hamburguesas, dependiendo
del ambiente cultural), no te los cobran.” Casi todos admiten haberse tomado el
jugo de uvas de la Santa Cena, y muchos hacen fiesta en la cocina de la iglesia
con la comida que sobra después de una boda o un funeral. También disfrutan del
uso ilimitado de los instrumentos musicales, el equipo de sonido, y las
máquinas de oficina, además de tener acceso total a las instalaciones de la
iglesia.
Otros también
manifiestan que es una bendición contar con una gran red de apoyo de los
hermanos de la congregación: “La gente me cuida, me protege, y me ayuda.”
Algunos miembros ayudan a criar a los HdM y prácticamente se convierten en
parte de la familia. Varios reconocen que sienten una cobertura espiritual
porque saben que los hermanos oran por ellos. Esta red de apoyo puede abrir
puertas para empleo o prácticas profesionales, y a veces resulta en ayuda
económica para estudios o eventos especiales como campamentos o viajes
misioneros.
Desventaja de Característica #2: El “Síndrome de la Pecera”
El resultado
negativo de vivir en el escenario de la iglesia local es el “Síndrome de la Pecera,”
la vigilancia constante que resulta en la falta de privacidad, la crítica, y
una lucha perpetua contra las expectativas de perfección. Como un pececito en
una pecera, el HdM nunca se puede esconder de la mirada de la gente de la
iglesia.
En la encuesta
las desventajas subjetivas más mencionadas eran la crítica (mencionada 253
veces) y la observación (181 veces). Los HdM frecuentemente se quejan: “Sólo
porque mis padres son los pastores, la gente me tiene vigilado y meten las
narices en mis cosas personales. Critican mi apariencia, mis amigos, mis notas,
y cada palabra que digo. Si ando zapatos de marca dicen – ¡ahí van los diezmos!
En la iglesia opinan si levanto o no levanto las manos, si canto o no canto, si
sirvo o no sirvo. ¡No aguanto la presión para ser perfecto!”
Los
padres-pastores a veces empeoran la crítica cuando usan a sus hijos como
ejemplos delante de la congregación. Un 59% dijeron que sus padres los usan en
ilustraciones de sermón, lo cual aumenta su visibilidad y los exponen a la
crítica – inclusive si la ilustración es positiva. Aún así, los chicos les dan
el beneficio de la duda a sus padres; un 71% indicaron: “mis padres tratan de
protegerme de la crítica.”
Los padres
tienen el poder y la responsabilidad de proteger a sus hijos de la crítica
innecesaria y procurar que las expectativas impuestas sobre sus hijos no sean
injustas o diferentes que para los otros niños y jóvenes en la iglesia. Los
HdMs más amargados son los que sienten que sus familias les imponen reglas
injustas y que tienen que ser perfectos solo para proteger la reputación de sus
padres.
Característica HdM #3: Acceso Especial al Mundo Cristiano
Las conexiones
profesionales y denominacionales del ministro le ofrecen a su familia un carné
de acceso especial a las personas, los eventos, y las instituciones del mundo
cristiano. Desafortunadamente, el mismo apellido famoso que les abre puertas
también complica el proceso de encontrar su identidad propia, porque en el
mundo de la iglesia se les trata como si fueran “pastorcitos.”
Ventaja de característica #3: Los Privilegios de la Membresía en el Mundo
Cristiano
Los HdM
disfrutan de acceso especial a lo mejor del mundo cristiano, como si tuvieran
puesto un gafete VIP de todo-acceso en un concierto. Sus conexiones familiares
le permiten conocer a líderes, artistas, evangelistas, misioneros, y otras
personas que les hacen sentir una conexión fuerte con el reino de Dios en todo
el mundo. Muchas veces son invitados a participar en los mejores eventos, a
asistir conciertos, y a conocer el funcionamiento de las mejores instituciones
cristianas de educación o acción social.
Los HdM
claramente consideran que estas conexiones a través de su familia son una
ventaja importante. En la encuesta la ventaja número cinco era: “Puedo conocer a
mucha gente,” y el poder viajar a los eventos cristianos se afirmó como un
beneficio importante. Poder contar con amigos HdM quedó como la ventaja #10, y
un 77% afirmaron que tienen un amigo HdM con quien pueden hablar. Los HdM
valoran poder participar en eventos especiales para ellos y conocer a otros
jóvenes que comparten sus vivencias.
Desventaja de Característica #3: El “Síndrome del Pastorcito”
Para muchas
personas la familia ministerial incluye el pastor, la pastora, y los
“pastorcitos.” Puesto que la identidad familiar del HdM le da acceso VIP al
mundo cristiano, el mismo apellido que le abre puertas también puede imponer
expectativas altas y complicar el proceso de definir su propia identidad y
vocación.
Mucha
gente espera que los HdM alcancen niveles imposibles de perfección. El HdM, por
más pequeño que sea, debe portarse como adulto en el templo, conocer todos los
versículos bíblicos, y poder ofrecer consejería espiritual a los jóvenes de la
iglesia y su escuela. Frases como “siempre tengo que ser perfecto” y “nunca
puedo cometer errores” aparecieron como la tercera desventaja más común en la
encuesta. Un 78% de los HdM concordaron que “la gente espera que yo ponga el
ejemplo para todos los jóvenes de mi iglesia.” El hecho de que un 50%
estuvieron de acuerdo con la declaración “me siento culpable porque debería ser
mejor de lo que soy” indica que ellos mismos han interiorizado las expectativas
de perfección.
El “Síndrome
del Pastorcito” también resulta en la “doble pérdida” a la hora de escoger una
vocación. Una “doble pérdida” ocurre cuando cualquiera de dos escogencias
resulta en pérdida para el que escoge. Al HdM le critican si quiere servir en
la iglesia e igual si no quiere servir. Un 59% manifestaron: “la gente espera
que yo sirva en la iglesia sólo porque soy HdM,” mientras 43% dijeron: “la
gente se queja de que yo solo sirvo porque soy HdM.”
Un gran número
de HdM pentecostales cuenta historias de palabras proféticas declaradas sobre
ellos en frente de la congregación, prometiendo un gran ministerio futuro.
Desde temprana edad los hermanos les preguntan a los pequeños, “¿Vas a ser un
predicador como tu papá o mamá?” Todo esto complica el proceso de definición
vocacional.
Característica HdM #4: Manejando Información Privilegiada
Viviendo
con pastores, los HdM manejan información privilegiada acerca de la iglesia,
sus actividades, los miembros, y el proceso de liderar una congregación. El
exceso de información puede resultar en desilusión, amargura con la iglesia,
rechazo, y el “Síndrome de la Carita Feliz.”
Ventaja de Característica #4: La Información y la Formación Especial
Aún
cuando los pastores ejercen discreción con la información que comparten con sus
hijos en la casa, los HdM casi siempre manejan algún grado de información
privilegiada acerca del funcionamiento de la iglesia, sus actividades, los
miembros, y el liderazgo que ejercen sus padres. Algunos abiertamente reconocen
que les gusta escuchar los chismes acerca de la gente. Otros manejan
información especial porque trabajan muy de cerca con sus padres, por ejemplo
como secretarias, conociendo tan bien el teje y maneje de la iglesia que ellos
mismos son una fuente de información para sus papás. En algunos casos la
familia pastoral maneja la parte organizativa de la iglesia como otras familias
de su pueblo administran sus negocios familiares. Los HdM saben cómo funciona
todo y pueden ser un gran apoyo a los padres.
Muchos
aprenden a entender el corazón de un líder cristiano mirando de cerca a sus
padres, y algunos consideran que el mero hecho de ser HdM es una mentoría y
escuela de formación. La gran mayoría de HdMs afirman que ver a sus
padres-pastores de cerca les ha enseñado acerca de la resolución de conflictos
(77%) y el liderazgo (75%). En la encuesta un 61% reconoce haber escuchado
información privada acerca de los individuos en la iglesia.
Desventaja de Característica #4: El “Síndrome de la Carita Feliz”
La información
privilegiada normalmente resulta en un exceso de información, y los HdM y sus
familias tienen que lidiar con la realidad del lado oscuro de la iglesia. Aún
cuando los padres tienen cuidado con la información, los hijos son expuestos a
la realidad del conflicto en la iglesia, el pecado humano, y el rechazo
personal. Aún así, el HdM tiene que llegar a la iglesia todos los domingos a
apoyar a sus padres y a servir con su máscara de carita feliz bien puesta.
A
los HdM les hiere profundamente cuando los miembros de la iglesia atacan a sus
padres. En la encuesta sostuvieron, tanto en las respuestas subjetivas (la #6
más común) como objetivas (83%) que a ellos les duele cuando ven a sus padres
sufrir bajo la crítica de los miembros de la iglesia.
El
exceso de información puede incluir un sentimiento de rechazo de parte de otros
jóvenes de la iglesia. Menos de la mitad de los HdM podían afirmar que contaban
con alguna persona, dentro (40%) o fuera (45%) de la iglesia local, con quien
podían compartir sus problemas personales. Algunos se quejaron “no puedes
confiar en nadie ni tener amigos de confianza en la iglesia,” o “otros me sacan
de su grupo de amistad porque mis padres son pastores.” Un 29% afirmaron que
otros los habían tratado como “el espía del pastor.”
Característica HdM #5: El Carril Acelerado hacia el Liderazgo Ministerial
Muchos HdM
crecen sirviendo en la iglesia, y se les ofrecen oportunidades tempranas y
aceleradas de liderazgo ministerial. Desafortunadamente, este “carril
rápido” también incluye el riesgo de
liderazgo precoz.
Ventaja
de Característica #5: Oportunidades Tempranas de Liderazgo
A los hijos de
ministros que demuestran dones especiales les pueden abrir paso acelerado hacia
el liderazgo ministerial. Los HdM pueden invertir muchísimas horas desde una
temprana edad desarrollando talentos ministeriales, dándoles una gran ventaja
comparado con sus pares en la iglesia. Hemos conocido a muchos HdM que ya
predicaban a los doce años o participaban con canciones especiales en frente de
la iglesia a los cinco años. ¿Y qué padre-pastor no quiere abrirle paso a su
hijo/a para ministrar, cuando desde nacimiento le ha pedido a Dios que sus
hijos le sirvan a Él?
Los
datos demográficos de la encuesta indican que cuatrocientos sesenta y nueve
(77%) de los HdM ya estaban involucrados en algún ministerio. En las primeras
tres posiciones los HdM dicen que sirven con la música (50%), con los jóvenes (16%),
y con los niños (8%). Una mayoría de HdMs indican que la iniciativa de sus
padres (86%) y el hecho de criarse en la iglesia (79%) les ha ayudado a
desarrollar sus talentos.
Entre
las ventajas subjetivas, la #3 entre todas era “Ministerio – ser un HdM te
desarrolla, te ayuda, y te abre puertas en el ministerio.” Muchos HdM toman muy
en serio el privilegio y la responsabilidad de ser ejemplo para los otros
jóvenes (53%), y entienden que en su posición las personas confían más en ellos
y les dan oportunidades especiales para servir.
Desventaja de Característica #5: El Liderazgo Prematuro
El carril
rápido hacia el liderazgo incluye el peligro del liderazgo prematuro, que puede
lanzar a un joven HdM a situaciones de responsabilidad que el o ella no tenga
la madurez para sobrellevar. Otro peligro es que caiga en el “Síndrome de los
Hijos de Eli,” copiando el patrón de los hijos del sacerdote Elí en 1 Samuel
2-3, quienes con carácter corrupto se aprovecharon de su posición ministerial
para ganancia deshonesta, robándose las ofrendas, despreciando a los adoradores
sinceros, y aprovechándose de las mujeres en el tabernáculo. Este es el peor
caso posible: Un HdM con talento y una posición de influencia in la iglesia,
pero con el carácter corrupto.
En la encuesta
un grupo importante de HdMs expresó sentir que no tenían la madurez para
manejar sus responsabilidades ministeriales. Otros dijeron que no aguantan la
presión de su liderazgo actual, o se quejaron de que nadie reconocía sus
esfuerzos. Un 43% dijeron que resienten las acusaciones de favoritismo o nepotismo,
mientras un 18% admitieron que sirven en la iglesia aunque practican algún
pecado habitual.
Un compromiso
prematuro al ministerio como vocación, lo que James Marcia denomina “exclusión
de identidad,” puede hacer que algunos HdM se sientan atrapados por el
ministerio, forzados a ser y hacer algo que no quieren.[7] En
la encuesta un 40% reportaron sentir presión “para ser un pastor como mis
padres.”
Conclusión: Consejos para los que Quieren Ayudar a los HdM
Habiendo
entendido las ventajas y desventajas de la experiencia de los hijos de
ministros, ofrecemos algunos consejos muy concretos para padres-pastores y los
líderes de este ministerio, y a los que quieran ayudarlos.
Los Padres-Pastores pueden tomar acciones muy
concretas para ayudar a sus hijos a manejar la vida dentro de “la pecera.”
1. Proteja
los límites de su tiempo de trabajo, comiendo con la familia y no trabajando
todas las noches.
2. Esté
presente al 100% cuando comparte con sus hijos en casa. Apague el celular y
desconecte su mente de la iglesia.
3. Conozca
su mundo: sus amigos, sus actividades, y sus estudios.
4. Invierta
en sus dones y déjelos servir. A veces tocar la batería es la única razón que
un HdM tiene para levantarse el domingo.
5. Demuestre
la gracia de Dios: Siga amándolos cuando cometen errores.
6. Cuando
hay conflicto en la iglesia, no envenene a sus hijos con sus actitudes.
7. No
los exponga innecesariamente a la crítica y observación de los miembros de la
congregación, usándolos en ilustraciones de sermón.
8. Protéjalos
de expectativas injustas en la iglesia; déjalos actuar como chicos y no se
asuste con sus locuras normales de la niñez y la adolescencia.
9. Motívenlos
a tener amistades sanas fuera de la iglesia, por ejemplo con otros HdM y con
amigos adultos que los entienden.
10. Proteja
sus días de descanso y saque tiempos especiales para estar con la familia, como
vacaciones.
11. Permita
que sus hijos conozcan líderes cristianos y participen en lo mejor del mundo
cristiano: campamentos, conciertos, paseos, seminarios, talleres y otras
actividades similares.
Los líderes
de ministerios para HdMs pueden crear relaciones y ambientes propicios para
marcarles positivamente la vida.
1. Apoye
a los HdM con amistad y comprensión. Es más importante caminar con ellos que
predicarles.
2. Ingenie
ambientes para encuentro con Dios. Al HdM le cuesta adorar y conectarse con
Dios en la iglesia de sus papás. Los campamentos para HdM les dan un ambiente
libre de observación.
3. Ayúdeles
a crear una identidad positiva como HdMs. Conéctelos e identifíquelos con
camisetas especiales, actividades informales, y redes sociales.
4. Esté
atento y disponible para los momentos de crisis. El HdM no tiene con quién compartir
su crisis – sea la válvula de escape que necesita para desahogarse.
5. La
amistad con otros HdM es importantísima. Juntos la vida es más tolerable.
6. Aproveche
los testimonios. El HdM tiene menos excusas cuando puede escuchar a un
compañero decir: “A mi me han pasado cosas feas también, pero yo he escogido
ser una persona de Dios. ¿Cuál es tu problema?”
Los hijos de
ministros representan la próxima generación del pueblo de Dios. Cuando ellos
tomen su lugar para cumplir los propósitos de Dios, la familia pastoral y la
iglesia entera serán más sanas y fuertes. ¡Gracias por amar a los hijos de
ministros!